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Asertividad y estilos comunicativos: cómo mejorar tus relaciones personales.

17/10/2024

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La asertividad es una de las habilidades comunicativas más importantes para mejorar nuestras relaciones interpersonales y para sentirnos más seguros con nosotros mismos. En lugar de ser una característica innata, la asertividad es una habilidad que todos podemos aprender y perfeccionar a lo largo del tiempo. Cuando somos asertivos, somos capaces de expresar nuestras opiniones, deseos y sentimientos de manera clara y respetuosa, sin recurrir a la agresividad ni permitir la pasividad. Aprender a identificar y utilizar los diferentes estilos comunicativos puede ser la clave para lograr una mejor comunicación y una mayor satisfacción en nuestras relaciones personales y profesionales.

¿Qué es la asertividad?

La asertividad se refiere a la capacidad de defender nuestros derechos y expresar nuestros sentimientos, pensamientos y necesidades de manera honesta, directa y apropiada, sin violar los derechos de los demás. Es el punto medio entre dos extremos de comportamiento: la agresividad y la pasividad.

Cuando somos asertivos, nos comunicamos de manera respetuosa y clara, sin miedo a expresar nuestras opiniones, pero también sin necesidad de imponerlas. Es una habilidad valiosa porque nos ayuda a crear límites saludables, aumentar nuestra autoestima y resolver conflictos de manera efectiva.

¿Cómo puedo ser más asertivo?

Ser más asertivo no es algo que se logre de la noche a la mañana, pero con práctica y dedicación, todos podemos desarrollar esta habilidad. Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos para mejorar tu asertividad:

 

1. Comunica de manera clara y directa: al expresar tus pensamientos y sentimientos, es importante ser claro y directo, sin rodeos ni ambigüedades. Usa el lenguaje en primera persona (“yo pienso”, “yo siento”) para centrarte en tu perspectiva y evitar que el otro se sienta atacado.

2. Aprende a decir "no": a menudo, ser asertivo implica establecer límites. Aprender a decir "no" de manera respetuosa pero firme es una de las formas más eficaces de proteger tus propios intereses sin ser grosero.

3. Mantén el respeto: la asertividad no es sinónimo de ser mandón o agresivo. Expresa tus necesidades con respeto hacia los demás y hacia ti mismo. Es importante que tus palabras no sean hirientes o condescendientes.

4. Controla el lenguaje corporal: la postura, el tono de voz y el contacto visual son cruciales para una comunicación asertiva. Mantén una postura erguida, habla con un tono de voz calmado pero firme, y establece un contacto visual que denote confianza.

5. Sé consciente de tus emociones: la asertividad también implica estar en contacto con tus emociones. Antes de responder a una situación difícil, tómate un momento para reflexionar sobre lo que realmente sientes y lo que quieres transmitir.

Estilos comunicativos:

La manera en que nos comunicamos varía según nuestro estilo comunicativo predominante. Identificar estos estilos no solo nos ayuda a mejorar nuestra asertividad, sino también a entender mejor cómo nos relacionamos con los demás.

     1. Estilo pasivo:

Las personas con un estilo comunicativo pasivo tienden a evitar expresar sus verdaderos sentimientos y deseos. Este tipo de comunicación a menudo surge del miedo al conflicto o al rechazo. Las personas pasivas a menudo ceden a las demandas de los demás, incluso cuando no están de acuerdo, lo que puede llevar a sentimientos de frustración y resentimiento.

Características del estilo pasivo:

- Evitan la confrontación.

- Tienen dificultades para decir "no".

- Expresan inseguridad o miedo a través del lenguaje corporal (postura encorvada, falta de contacto visual).

- Pueden sentirse frustrados o resentidos por no haber defendido sus propios derechos.

     2. Estilo agresivo:

El estilo agresivo se caracteriza por la imposición de las opiniones o deseos propios sobre los demás, sin tener en cuenta sus sentimientos o derechos. Las personas agresivas suelen intimidar o controlar a los demás, lo que a menudo conduce a relaciones tensas y conflictivas.

Características del estilo agresivo:

- Uso de un lenguaje autoritario y demandante.

- A menudo interrumpen o ignoran a los demás.

- Pueden emplear amenazas, sarcasmos o críticas.

- Su lenguaje corporal es dominante (gestos exagerados, tono de voz alto).

     3. Estilo pasivo-agresivo:

Este estilo de comunicación es menos directo que la agresión abierta, pero igualmente destructivo. Las personas pasivo-agresivas tienden a expresar su insatisfacción de manera indirecta, utilizando comentarios sarcásticos, retrasos deliberados o comportamientos pasivos que intentan sabotear a otros.

Características del estilo pasivo-agresivo:

- Sarcasmo y comentarios ambiguos.

- Evitan la confrontación directa, pero actúan de manera despectiva.

- Pueden utilizar el silencio como forma de castigo.

- Son propensos a "olvidar" hacer cosas o cumplir con compromisos.

     4. Estilo asertivo:

El estilo asertivo es el equilibrio entre la pasividad y la agresión. Las personas asertivas son capaces de expresar sus necesidades y deseos de manera respetuosa y directa, respetando al mismo tiempo los derechos de los demás.

Características del estilo asertivo:

- Expresan sus opiniones de manera clara y directa.

- Respetan tanto sus propios derechos como los de los demás.

- Mantienen el control emocional durante las discusiones o desacuerdos.

- Utilizan un lenguaje corporal seguro (postura erguida, contacto visual).

Cómo cultivar la asertividad:

La asertividad no es una cualidad fija, sino una habilidad que se puede aprender y mejorar con la práctica. Aquí te compartimos algunos ejercicios para cultivar una comunicación asertiva:

- Práctica en conversaciones pequeñas: comienza a aplicar la asertividad en situaciones de bajo riesgo, como pedir un favor pequeño o expresar una preferencia personal.

- Juegos de roles: practica situaciones difíciles con amigos o un terapeuta para mejorar tu confianza y asertividad en situaciones reales.

- Auto-reflexión: después de una interacción social, reflexiona sobre cómo te comunicaste. ¿Fuiste pasivo, agresivo o asertivo? ¿Cómo podrías mejorar?

Como conclusión, la asertividad es una habilidad fundamental que nos permite comunicarnos de manera efectiva y respetuosa, tanto con nosotros mismos como con los demás. Al desarrollar una comunicación asertiva, podemos mejorar nuestras relaciones personales y profesionales, sentirnos más seguros de nuestras decisiones y aprender a manejar conflictos de una manera constructiva. Identificar los diferentes estilos comunicativos no solo nos ayuda a mejorar nuestra propia asertividad, sino también a entender mejor a los demás y a fomentar un entorno más armonioso y respetuoso.

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